Cuando pensamos en la sostenibilidad en el mundo rural, la mayoría de las veces la mente se nos va a los temas medioambientales.
Pero hay otra sostenibilidad, que es de la que hoy quiero escribir: la sostenibilidad social en el medio rural, siendo el sector inmobiliario una una pieza clave para alcanzarla.
Cada vez hay más interés, por parte de algunos grupos de población, de plantearse el vivir en los pueblos. Y, desde el medio rural debemos ser capaces de atraerles a nuestros pueblos y sobre todo de hacerlo de una forma socialmente sostenible.
En los pueblos con densidades bajas de población y por tanto con gran recorrido de absorción de población, el reto está en hacer esa integración/absorción de una manera estratégicamente pensada, coherente, minimizando choques culturales y con un plan de vida personal y profesional que motive y entusiasme.
Lo rural - el reto demográfico
El 85% de la población vive en el 15% de los municipios
La mayor parte del territorio español es territorio reto demográfico.
En España tenemos c.8.131 municipios de los que c.6.900 constituyen los denominados reto demográfico (municipios de <5.000 habitantes) que albergan unos 5,7 millones de personas. Son municipios con una baja densidad de población y por tanto con unas particularidades y singularidades.
De los c. 6.900 municipios: c. de 5.000 tienen menos de 1.000 habitantes y c.889 tienen entre 5.000 y 20.000 habitantes. Y por ejemplo, el 32% de esos 6.900 municipios se localizan en Castilla y León (c.2.194 municipios).
Esto no parece sostenible ni social ni medioambientalmente y tenemos un importante desequilibrio territorial.
Por otra parte los pueblos son una gran oportunidad para acoger cierto trasvase de personas de las zonas de mayor densidad. Está muy de moda la denominada España vaciada pero tenemos que empezar a pensar en la España de las oportunidades. Porque las zonas rurales son un territorio de oportunidades.
Tenemos la posibilidad de reinventar el mundo rural y transformarlo a través de lo digital
Lo rural - potencial de absorción
Hoy en día estos pueblos, aunque tienen muchas diferencias, si presentan unas similitudes en cuanto a despoblación, envejecimiento, masculinización, baja densidad y dispersión territorial.
La densidad media de España es de un poquito más de 90 habitantes por km2, siendo en torno a 117 la media de Europa.
Y queridos lectores ¿sabíais que la densidad media en las zonas rurales no llega a 20 habitantes/km2 y que la mayoría de los pueblos de España, al menos en las Castillas, tienen ratios en torno a 10-12 habitantes/km2?.
Estas últimas densidades están en los límites de lo que en Europa se ha definido como desierto demográfico (<10). Y a modo de curiosidad, deciros que donde yo estoy ahora estamos en torno a 4,5 habitantes/km2. Por dar otro dato que os parecerá interesante: la media de la Comunidad de Madrid es de algo más de 800 habitantes/km2.
En términos de despoblación: aunque en muchos pueblos este proceso se inició en los años 60, lo cierto es que en la última década esto ha aumentado. Por daros algún dato: en municipios de <1.000 habitantes la perdida es en el 76% de los municipios; en cabeceras de comarca, también el 70% han perdido población; en las ciudades pequeñas el 63%; e incluso en las capitales de provincia, el 50% de ellas han perdido población.
En términos de envejecimiento: casi el 25% de la población son >65 años y de éstos: 1 de 4 son mayores de 80 años.
Si bien, no todos los pueblos están totalmente preparados para absorber grandes masas de población. Y, este trasvase hay que realizarlo con criterios de sostenibilidad social, cultural y medioambiental y cómo no? criterios de sostenibilidad inmobiliaria!
Porque no se trata de poner una fábrica en medio de un pueblecito en las montañas. Ni de llenar de 200 teletrabajadores deslocalizados o nómadas digitales un pueblecito de 30 personas. Sino de establecer el marco y los proyectos que permitan ir absorbiendo de forma sostenible esas demandas e ir absorbiendo esa población. Que se facilite a esas personas un plan de vida, de ocio, de comunidad social, de recursos, de formación etc. y de gestión de un choque cultural.
Porque queridos lectores, aun manteniendo un apreciable parecido entre sí, los espacios rurales son muy heterogéneos (pero de esto os contaré en otra publicación).
El desarrollo y las soluciones relacionadas con el inmobiliario son clave para atraer y fijar población.
Sus características inmobiliarias también son muy heterogéneas. Y por ello, es necesario realizar iniciativas "ad hoc" para cada tipo de municipio. Iniciativas que tengan en cuenta las peculiaridades e idiosincrasia de cada lugar (y de esto y de lo que estamos haciendo en la Sierra de la Demanda de Burgos, trataré en otra publicación).
Porque las viviendas y los lugares de trabajo son, en definitiva, donde desarrollamos nuestros planes de vida personales y profesionales y por tanto el desarrollo inmobiliario debemos hacerlo con criterios de sostenibilidad social, medioambiental y cómo no!! de eficiencia energética. No sólo por población futura sino también y en especial por la población ya existente.
